sábado, 20 de noviembre de 2010

Todo por una canción

Él estaba viendo la tele, sentado cómodamente en el sofá. Tenue iluminación en la estancia. De pronto suena una canción, “Talk” de Coldplay. Su mirada distraída, y ajena a la pantalla vuelca toda su atención en las imágenes y sobretodo en la canción. Coldplay no le gusta especialmente, y menos “Viva la vida”. También piensa que Chris Martin es egocéntrico (aunque todavía busca un motivo) y otras muchas cosas peores de la banda británica. No los soporta. Su etiqueta preferida para ellos es la de “pastelote”. En definitiva que le empalagan sin saber exactamente por qué. Sin embargo cuando la canción suena por la tele se centra en ella. Chris Martin deja de ser un bardo que canta al egocentrismo y se convierte en un vocalista de primera línea al mando de un grupo de músicos que hacen poesía. Qué cambio tan rápido de parecer, y tan fugaz… porque cuando su acompañante, en ese mullido sofá, cambia de canal, las aguas del río vuelven a su cauce. Se levanta, encaminado al ordenador, y abre Spotify. Busca la canción… 2005, eso le queda lejos. En ese instante le viene a su mente una imagen, un charco junto a su parada de autobús del instituto a eso de las 7.45 de la mañana… el instituto, 3º de la ESO, su clase… Cuando era diferente. Cuando una tarde de sábado se pasaba en un salón con un grupo de amigos y escuchando Simple Plan. Cuando eso de salir por las noches era “cosa de mayores” y cuando el examen más difícil que podías tener era uno de matemáticas, de eso que empezabas a conocer como trigonometría. Cuando besaste por primera vez a una chica, junto a un riachuelo. Te acuerdas de sus labios, de su pelo y de sus ojos. Sonrisa, piel y el tacto de sus mejillas sonrosadas. Como la agarras por la cintura. Le despejas un mechón del rostro para verla mejor a la par que le acaricias esa tez morena. Piensas, mientras se te caen las gafas en la silla del ordenador, que ahora ella está a miles kilómetros. Pienso en que ya no me gusta ni Coldplay, ni Simple Plan, Avril Lavigne, Keane u otros muchos. Pienso que muchos de los que eran mis amigos por aquella ya no lo son y posiblemente no volverán a serlo. Pienso en que mis gafas han mejorado, además que siempre estarán las lentillas, y que ya no llevo esa camiseta roja de Adidas que tenía en aquel momento tan particular, era demasiado llamativa… Todo por una puta canción. Joder…

2 comentarios:

  1. El post está dedicado y sí, es personal, así que como alguien que lo lea se ría (y creedme que lo sabré porque soy ninja) desencriptaré su dirección IP, le encontraré y la arracré la sonrisa con las manos... como en una puta peli gore : ) P.D: Se lle mejor con la canción ; )

    ResponderEliminar
  2. que le pasa a la juventud con los ninjas? prefería el "que fuerte".
    la bici la robo, como en el neorrealismo italiano.

    ResponderEliminar