martes, 23 de febrero de 2010

Tengo sueño

Estos días estoy desvelado. Dormir se convirtió en una tarea ardua y difícil, en otras palabras menos finas: muy jodida. Estás metido en la cama, tapado, calentito y cómodo, pero el tiempo pasa. Pasa. Y sigue pasando… Es una tortura el cerrar con los ojos y seguir así, sin conciliar el sueño. No dejas de pensar en lo que sea. Desde si hiciste ese comentario para historia, hasta si metiste la pata hablando con alguien, horas atrás, por Messenger. Estás comiéndote la cabeza mientras el tiempo pasa, y son menos las horas que te quedan de descanso hasta que suene a las 7.00 AM ese puto despertador, al que matarías cada mañana si estuviera vivo, dando el comienzo “oficial” del día. Primero te desquicias por pensar en menudencias, luego te desquicias por pensar en menudencias y no dormir; pero finalmente te tiras de los pelos porque al día siguiente estarás cansado cuando debes prepara otro examen. Te dolerá la cabeza, tendrás que estudiar y será como no hacer anda, pues lo que te entra de una forma sale de otra. Al final piensas que el examen te saldrá “como el culo”, una mierda, de puta pena, calamidad, desastre, horror, terrible… (Hay muchas formas, pero mi preferida es un simple “mierda” cuando ves la nota o un “joder” y terminas dando un puñetazo a la mesa, estúpido ¿no?). Todo esto pasa cuando estás despierto, de los nervios y estresado y son las 2.00 AM. Te duermes. Pero… tienes que ir al baño. Vuelves a la cama: son las 4.47 AM. No puedes dormir… te pones a hacer cualquier cosa menos estar en cama (antes muerto). Terminas ese texto de historia sobre el que te preguntabas solo unas horas atrás, y te pones a ver unos capítulos de esa serie que te enganchó últimamente. Eso sí que es una forma sana de empezar el día. Un lunes y lo comienzas fresco como una lechuga: a las 9.00 AM luchas por mantener bien arriba los párpados (aunque no seas capaz de entender lo que sea que está diciendo ese señor subido en la tarima de clase, no es correcto poner a dormir) y es una lucha… sí, creo que titánica. O por lo menos “difícil de carallo”. Eso es un lunes en toda regla, con esas “ojerazas” más grandes que el culo de aquella chica del instituto que debería plantearse una liposucción (sí, me cae mal, y lleva los pantalones demasiado bajos… demasiado) y un dolor de cabeza como si todos los grupos de los 40 Principales estuvieran dentro. Sí, estoy de mal humor, y sí; tengo que estudiar. Me voy a dormir… a ver si esta vez lo consigo.

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