sábado, 19 de noviembre de 2011

Fútbol y hamburguesas


-Qué propones?

-No sé, ahora mismo no hay nadie en el baño…

-Eres un cerdo, Álex.

-Soy sincero, y lo sabes. Qué quieres que te diga?

El local está lleno de adolescentes que van de aquí para allá, padres con hijos… el Burguer King está repleto esa tarde, y cada mesa bulle de vida; desde la pareja con problemas de peso que morirá próximamente de infarto, hasta el grupo de quinceañeras arregladas que comentan el típico “quién se lió con quién tras los vestuarios del pabellón del instituto”. Los niños gritan alrededor del parque infantil y se escuchan de vez en cuando algún que otro grito del mostrador llamando al pedido.

-Primero me traes aquí… y ahora me dices que vallamos al baño?

La chica que está delante con aspecto enojado se llama Mara, estudiante de derecho y una de las mejores medias de la carrera. Alguien que tiene mucho más que hacer que estar sentada en un Burguer King, cuando dentro de 8 años dirigirá su propio bufete de abogados. Viste con clase y sus gestos son siempre elegantes. Es buena conversadora y le interesa la actualidad, además de poseer el encanto del sarcasmo usado en su justa medida, con una ligera retranca.

-Tranqui, pequeña…

-Pequeña?? Con quien coño te crees que hablas?

-Con alguien cuyo comportamiento está a punto de derivar en un escenita. Además aquí? Jesucristo, si hay niños pequeños; no grites.

Le guiña el ojo con una media sonrisa que se oculta tras una barba ligeramente cerrada y un pelo peinado hacia atrás como lleno de gomina pero que estaba de recién levantado de la cama. Camisa verde remangada y abierta y una camiseta con un gran “You!” delante.

-Joder… eres bipolar o qué coño te pasa?

-Si quieres que lo sea lo soy. Ya sabes, ayer por la noche fui muchas cosas. Tu ya me entiendes, porque me dejaste las espalda llena de arañazos.

 -Cómo te atreves…?

Esa cara de incredulidad y esa boca abierta le recuerdan a otra cosa.

-No seas mojigata. Si eres una loba, eres una loba. Asúmelo, no te reprimas. Sabes? Con esa cara me recuerdas a esa escena de “Cuando Harry encontró a Sally” y ella finge un orgasmo en una cafetería. O a ayer por la noche!

Se empieza a reír mientras ella, con un incontrolable temblor en el labio, no sabe si gritar, correr, llorar o pegarle.

-Eres despreciable… puta mierda!

Se marcha con una lágrima en su mejilla derecha que resbala lentamente mientras apura el paso entre niños que juegan entre las mesas.

Álex coge el móvil mientras mira la media hamburguesa que le queda a él  y las patatas fritas que dejó ella. Acto seguido llama.

-Oye, Nico. Ya lo hice.

[…]

-Sí, venga. Ya le preguntarás mañana el caso es que me pagas las entradas para el derbi y el viaje a Vigo para ver el partido.

[…]

-Si lo hice es porque dijiste que no tenía huevos, porque de donde vino ella pueden venir más y porque una entradas para un Dépor-Celta son demasiè! Veña, “deica, meu”!

-Bueno… al menos tengo comida gratis.

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