miércoles, 31 de agosto de 2011

Sorpresa

Estás tirado en el sofá de casa. No es por gusto, ni tampoco por pereza. Es por obligación. Por una vez en todo el verano el motivo de que estés tirado en ese sofá viendo películas compulsivamente no es por aislarte del mundo. Simplemente estás enfermo. A final del verano, con un festival de música en unos días, con tantas cosas que hacer… que si llevar esto del piso para allí, que si preparar las cosas para volver a la universidad, que si despedirse de la gente porque no os volveréis a ver en un tiempo. Justo ahí te pones enfermo. Además estás bastante jodido.

Ahora estás viendo en la tele un especial del FIB Heineken. Pero todavía no se te quita esa mala sensación del cuerpo de hace unos instantes.

Estabas tirado en el sofá, adormilado, y volviendo a ver American Psycho. Justo cuando estás en aquella escena que es todo sexo, y del duro. Un buen trío, además.

Justo en ese momento, entran por la puerta tu abuela, con una flamante bata rosa de corazones (y lo que sea que lleve debajo), y dos hombre que no has visto en tu vida. Ambos llevas ropa usada y vieja, con manchas de pintura. Por el contrario tu llevas unos flamantes pantalones a cuadros con manchas de la escasa comida que te has llevado a la boca, y una camiseta llena de sudor de tus noches febriles y con poco sueño. Estás hecho un pincel, sorprendido y extrañado… además, por qué hay en tu salón esas personas? Y justo en ese momento? Joder, menos mal que en casa siempre se te avisa de todo.

Terminas a los grande escuchando los martillazos continuos y las charla imparable de esa mujer con bata rosa que es tu abuela. Otro maravilloso días en casa…

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