domingo, 26 de junio de 2011

San Juan 2011

San Juan es esa noche mágica del año en la que sentado en la playa y sientiendo el calor de una hoguera, hundes tus manos en la arena para notar como se desvanece entre tus dedos cada grano mientras miras como cae ese particular reloj.Esainstantánea se recubre con un cielo lleno de estrellas que gracias a encontrarte fuera de la ciudad te ilumina más fuerte que nunca. De fondo se escucha el gritar del gentío y el sonido del mar, romper contra las rocas cercanas, así como un olor que se mezcla con el humo del ambiente.

Esta es la versión idílica de San Juan. Además mejora si tienes una chica guapa al lado (no os voy a mentir). Sin embargo mi San Juan este año ha sido diferente.

No había “cielo estrellado que iluminara el horizonte nocturno”, sino unas nubes grises que tapaban cualquier atisbo de luz que vieniera desde arriba. Además de que la hoguera casi no prendía y el frío, húmedo como suele ser aquí, calaba bien a medida que nos adentrábamos en la noche. No había un gentío alegre, sino con el paso del tiempo, uno decadente y alcoholizado que te permitía ver a un amigo que llevaba un buen rato desaparecido dormir la mona junto a la orilla y en la manta de otro compañero que creyendo que esta había sido robada (tenía un estampado floral que se podía remontar a la posguerra).

Sin mencionar los robos. Ya sabeis, vivir es compartir. Así que mientras te apteas una playa humeante a las 5 de la mañana y repleta de gente sabes que no encontrarás esa mochila “desaparecida” así como así… pero siempre es mejor que languidecer junto unas brasas mientras dos se da el lote y tu recuerdas que unas hogueras más allá te siguen danda calabazas.

Lo mejor llega cuando al vovler de la búsqueda todas las mochilas del campamento base han desaparecido. “Somos gilipollas” eso es lo único que se te ocurre. Por suerte eres un chico listo, a qué sí? Menos mal que lo único que te han podido robar dos toallas viejas de papi y mami, que aparecerán tiradar por la orilla al amanecer y que algún alma caritativa recogió y llevó a la hoguera improvisada como “objetos perdidos” donde estás colaborando… qué cosas más extrañas puedes ver! Compresas de un “extraviado” neceser de Tous, facturas del Makro, DNIs, billetes de tren, entradas de cine…

Aunque hay otras anécdotas, como por ejemplo cuando el dueño de la manta de posguerra cree desaparecida “su más valiosa pertenecia” así como su cartera, claro, y se venga recogiendo todas las toallas que se encuentra tiradas en la arena (qué malo!!) y que son unas 7…

O cuando otro amigo enfadado por la desaparición de su mochila lanza un playero contra el suelo con tanta fuerza que termina saltando del paseo marítimo a una casa y tiene que colarse, escalando por una verja bien alta, para recuperarlo.

De todas formas no estubo tan mal. Al mal tiempo, buena cara. Nada como buscar mochilas desaparecidas, cantar “El polvorete” (Éxito de Pepe Benavente, “Quién pudiera tener la dicha que tiene el gallo. Echa su polvorete, racatapúm chimpín y se sacuuuuuude…”), “Tengo una vaca lechera” o su adaptación de “El milagro de Petinto”, película de savier Fesser que recomiendo (hoy todavía la comenté con Sabenaranja al salir de ver “Un cuento chino”, qué genial es Ricardo Darín).

PD: He actualizado dos veces seguidas, es cierto xD Hoy tenía el día de teclear y no tenía ganas de estudiar al llegar a casa (quién quiere?) pero julio está ahí… omnipresente, amenzador y confiado… como un Jesucristo colega!

1 comentario:

  1. sí, vivir es compartir.
    eh, si salgo! no como carla! soy sabenaraja! esto es nuevo :D

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