domingo, 22 de mayo de 2011

Estás cansado, frustrado y totalmente derrotado. Suspendes tu primera asignatura en la carrera. Días y días estudiando, se van a tomar por culo por ese “bueno, esa no la marco que no estoy seguro y no vaya a ser…” al final, te tiras de los pelos porque descubres que ese “vaya a ser” te podría haber salvado.

Al día siguiente, con la mente en otro examen, ves como tu equipo desciende después de 20 años… como no, hablo de fútbol, la que por desgracia es la piedra angular de este país. La cual es capaz de hacer que un equipo reúna de forma sistemática a más gente que la suma de todas las acampadas del país, en el mayor movimiento social de protesta legítima que hemos vivido en los últimos años. El mismo movimiento que por suerte puede marcar un antes y un después,y sin embargo el fútbol puede reunir a más gente un domingo.

Pero tranquilos… no es mi intención ser cínico, ya que es precisamente todo ese contexto de tirarse de los pelos el que me determinó a volver a mirar mis viejas fotos. Eso no quiere decir que haya desenpolvado un álbum para ver ese cumpleaños con 12 años. Eso quiere decir que vas a las primeras fotos que subieron de ti al Tuenti, eso sí que es deprimente.

Te encuentras con una foto vieja. 16 añitos tenías, y aunque ahora son 19 y solo pasaron 3 parece que es un mundo el que te separa de aquella persona. Ese mundo que recorriste durante 3 años y que te queda tan atrás.

En ese año el Dépor no se jugaba el descenso. Si nos remontamos un poco atrás, hasta se jugaba la Liga de Campeones. Además de que por aquellos años, eso de la “crisis” eran chaladuras y memeces de cuatro hippies, ya que todo el mundo tenía dinero (pero por muy poco tiempo) porque solo se hablaba de una “desaceleración económica”. En los años anteriores no había importado que nuestro sistema educativo se devaluara (acabábamos de conseguir un “meritorio” 31º puesto en el informe PISA), que nuestra juventud prefiriera un trabajo temprano a una formación óptima, o que directamente se desentendieran de cualquier pensamiento político ya que se estaban volviendo más conservadores, machistas y homófobos.

En ese año, no tenías el problema de estar tres días antes de un examen con los nervios a flor de piel porque vas apurado de tiempo… eso solo pasaba a las ocho de la noche del día anterior al examen, o incluso en las clases anteriores al examen. Además, lo más difícil que te podían pedir era uno de esos ejercicios de física con algo que se llamaba “vector”.

Lo mejor de la foto no es tampoco el “cuándo” sino también el “dónde”. Roma, y para ser más exactos el Coliseo. Menuda excursión… fue allí donde tuviste que atender tu pimera borrachera, donde empezaste a salir con una chica a la que conquistaste, tiritando de frío, a la luz de una farola en una pequeña calle que daba a Piazza Nabona. No olvides donde viste a una pareja de milanesas andar en ropa interior por los pasillos de un hotel. O donde te sacaste aquella foto en una iglesia, junto a un confesionario y con ojos en blanco (de forma accidental!) mientras llevabas tu camiseta de Bad Religion, que no te atreviste a llevar a los museos vaticanos.

Mírate! Con tus pantalones rotos, tu pelo corto y con cresta. Tu muñequera de cuadros rojos y negro y tu candado colgado al cuello… que mozo! Con esa mochila rota, llena de chapas y pintada que te acompañaba dese primero y esas gafas de sol de mosca.

Ahora, sigues con los mismos problemas que empezaron cuando te despediste de alguien uso meses antes. Siguies siendo el mismo enganchado al ordenador que entonces… la verdad es que incluso más. Dejaste de leer los libros que antes deborabas… daba igual que fuera la Ilíada o Harry Potter. Tus amistades, aunque muchas siguen siendo las mismas (especialemnte las de la foto) han cambiado mucho, y demaisados se han echado a perder… pero otros nuevos han aparecido. Y has sustituído la poesía por un blog que es un monumnto a tu ego, en toda regla, porque eres incapaz de escribir de otra cosa que no seas tu ya que después de ese año perdiste toda la creatividad que te había llegado como un torrente desbordante de emociones y sensaciones nuevas, para convertirte en alguien mecánico, frío e inseguro; lleno de odio por el mundo y carente de emociones en demasiados aspectos.

Además, esa camiseta ya no es la que te pones “para las ocasiones especiales” porque es tu preferida. Esas gafas están tiradas en algún cajón. La muñequera… la sutituíste por una de cuero, más estilosa. Los pantalones, en un armario con una abertura de 15 cm en la entrepierna, y guardados por morriña. El pelo… largo, y últimamamente cortado por ti mismo. Tienes barba, otras gafas… pero sigues con el mismo acné, estás en peor forma física, y mucho menos moreno (claro, tanto tiempo encerrado delante de una pantalla pasa factura al bronceado!)

Sin embargo, no todo es tan malo. Recientemente asistes asombrado, sobrecogido y espectante a lo que puede ser el cambio social y político que tanto tiempo llevabas piediendo. Sales de ese examen que suspendes pero decides pasar página con dos pintas de rica cerveza negra entre pecho y espalda junto a un grupo de amigos para terminar algo “espitoso”. Vuelves a leer, aunque por ahora más apuntes que literatura, pero lo compensas poco a poco. Tus problemas se van muriendo mientras los dejas atrás (giras la cabeza, miras a tu espalda y ves que ya no son capaces de seguirte), después de tanto tiempo. Empiezas a ver las cosas de otra forma y te replanteas ese “plan perfecto” que trazaste en el instituto para hacer tu carrera, trabajar y establecerte (y el que creías que si alguien no seguía, era alguien que no merecía la pena). Ahora simplemente, vives el presente y barajas cientos de posibilidades! Porque cualquier “decepción” como las que llevaste, puede ser tu gran opotunidad. Has ido (e irás) a conciertos que no podrías creer! Hiciste los viajes que no te imaginaste! Y estudias la carrera que habías desechado porque no tenía furturo! Vives fuera de casa, cuando simpre quisiste estar en ella; mientras que ahora solo quieres salir y verlo todo! Los videojuegos ya no te atrapan! Son demasiadas las cosas que han cambiado tan para bien que no puedes citarlas todas… 3 años, y un mundo. Has sido demasiadas personas, y a días de hoy eres demasiadas a la vez.

2 comentarios:

  1. me encantó. me encanta que uses "espitoso".
    no va a ser como hace tres años, pero eh, yo sigo ahí, y vamos a ver a Bad Religion este verano

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