miércoles, 23 de septiembre de 2009

Lo jodido que es estudiar

Yo soy estudiante de bachillerato y para ser concretos de 2º. Este año como es la selectividad y todo eso me he propuesto más que nunca “chapar” como un crabrón, así de directo. Pero hay un problema, esta es la historia de todos los años.

He de reconocer que aunque siempre cuesta al final lo consigo. Aunque todos esos intentos de pegar la cara a los libros, ya sean de matemáticas o biología, es bastante jodido. Luego tenemos que oír las palabras de otros con comentarios como:”Que bien viven los estudiantes…” o “Como se nota estudias que no pegas palo…”. Bien estas frases las conocerán seguramente muchos estudiantes, yo me las sé de puta madre.

Pero lo peor de todo es ponerse a estudiar los primeros días cuando hace no mucho eras una persona libre que vivía de lindo en sus idílicas vacaciones, como era mi caso, y que de repente se encuentra en una situación traumática al tener que ponerse al tajo con las clases.

Todos recuerdan esos primeros días de estudio. Días en los cuales el tiempo se ralentiza, nos estresamos solo con leer los títulos de los temas, damos vueltas por la habitación, tenemos más ganar de ir a mear o a comer que nunca (creo que esto puede ser una buena causa de la obesidad en los jóvenes), nos despistamos (literal y jodidamente) con una mosca, y otras muchas situaciones… La verdad es que asimilar el hecho de que “hay que currar” es difícil: sobre todo cuando has terminado de comer, estás tirado en el sofá (y muy cómodo, todo sea dicho) con la panza llena y viendo la tele. En estos momentos nos pasa por la cabeza la “aterradora” y “traumática” idea de que tenemos que levantarnos para “hacer los importantes deberes”. Después de casi media hora de luchas internas decidimos levantarnos, despacito (no vaya ser que nos dé una rotura de fibras o un corte de digestión por el esfuerzo), y nos dirigimos hacia nuestra mesa de estudio. Como aún no hemos asimilado la idea de “trabajar”, remolonearemos un poco recogiendo la mesa y poniendo los libros encima a la par que ordenamos la habitación. Todo esto último sucede tratando de evitar lo inevitable, como un reo que espera ser ajusticiado (es jodidamente traumático). Cuando, después de otra media hora tenemos la habitación despejada y lista para estudiar, hacer deberes o comer en el suelo (porque ya quitamos la capa de ropa sucia); se nos plantan unas terribles ganas de ir al bañp (salvados por mis jóvenes riñones) y luego el hambre, que aunque no tengamos aparecerá como mecanismo de defensa (esa es mi teoría).

Con las coñas hemos perdido más de una hora, a lo que tendremos que sumar “esas paraditas” que necesitamos mientras trabajamos (no vaya ser que nos desmayemos del esfuerzo). Total haciendo cuentas hemos conseguido aprovechar una hora de estudio de una tarde, desperdiciado tres… Menuda mierda de vida.

2 comentarios:

  1. jaaaaajajajaja me has encantado, que mal se pasa los primeros días... yo tb empiezo 2º y estoy harta de las charlitas de selectividad... que nos olvidemos de que tenemos vida social, que estudiemos desde el primer día... en resumen que te sigo de cerca.
    =)

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