Adicciones del s.XXI: Tuenti

Hacía ya unos días que no comentaba nada en el blog y la verdad es que no se me ocurría nada. Como el comodín de escribir sobre “nada” ya lo he usado y me parece que no dispongo del de la llamada; me queda el del Tuenti.

Como cualquier persona en la adolescencia que se precie, yo tengo mi propio perfil de Tuenti. La verdad es que puede llegar a ser bastante útil, y digo “puede”… Como red social me resulta más sencillo, cómodo y rápido que Facebook. Aunque es cierto que también es más limitado, pero como yo soy relativamente sencillo, me quedo con Tuenti que también lo es.

Antes de tenerlo reconozco que me perdía todo un “mundo” un mundo bastante singular. Cuando digo singular no es precisamente en un buen sentido, sino más bien por el contrario. Algunos compañeros en especial me dijeron que “era la ostia”, “es mazo útil” y mi preferido “buah, es que no podría vivir sin él”. Comentarios aparte sobre como nuestra juventud se puede estar echando a perder (cuando oí esto pensé que era un cuerdo en un mundo de locos) la verdad es que tienen razón, es jodidamente adictivo.

Pero como hablar de las virtudes de algo es bastante aburrido, no hay nada mejor “que ponerlo a parir”. Como usuario habitual de Tuenti hay dos cosas que detesto: la primera y peor son los eventos. La idea de los eventos está genial, yo mismo los he usado en alguna ocasión, pero todo tiene un límite. No es un coñazo, abrir el “programita” y justo ver: Tienes 560485… eventos sin abrir. De todos esos con suerte uno será de algo importante o interesante, con suerte. Y bien, vamos a ver… como le podría entrar a las buenas gentes de Internet y Tuenti (esto también iría por las cadenas de Hotmail, ya que es un cáncer que se extiende) que por mucho eventos o cadenas que enviéis no vais a evitar la muerte de focas… o el maltrato animal, o salvar el mundo. A mayores, sobre todo con las foquitas de las narices, siempre usan las mismas fotos. Ya puedo decir que conozco a esas focas… Este es solo un ejemplo, pero como deciros, niños, que desde la silla de vuestro ordenador no vais a cambiar al mundo. Y esos cinco minutos de momento Greenpeace nos tocarán las pelotas a otros. Tampoco olvidar que por el hecho de no reenviar un evento o correo no tendréis mala suerte, no padeceréis disfunción eréctil o sufriréis la diarrea de vuestra vida. ¿Acaso estamos en la Edad Media?

La segunda: a esos cabrones que son capaces de subir “esa foto” en la que tu aspecto de violador de niños en potencia no podría inspirar más asco. O que eres un “yonki” que acaba de meterse un suculento chute.

Ya sé que este post es bastante cutre, mal redactado y quizás tenga alguna que otra falta ortográfica. Pero ya que nuestras ideas se agolpan como un torrente desbocado en nuestra cabeza, o por lo menos en la mía, quería plasmarlo tal cual lo pienso. Más natural y de peor calidad. Como todo…